Tenis en el Mundo

Heredero a la corona austríaca

2016-06-03
Heredero a la corona austriaca

Thomas Muster fue el principal protagonista de la época dorada del tenis austríaco de los 90’s, hoy día Dominic Thiem es su prometedor heredero.

Estancados en la leyenda

A partir del retiro del antiguo rey de la arcilla,Thomas Muster, en 1999,  Austria pasaría por una sequía de títulos en el mundo del tenis, a la espera del heredero.  Jugadores como Jürgen Melzer, Alexander Peya, Stefan Koubek, nunca pudieron igualar lo conseguido por “Musternator”, resultando en el hecho de que en la década pasada, los jugadores austriacos solo pudieron conseguir cinco títulos de singles en torneos ATP.

Continúa el legado

En el 2011 la atención del tenis austriaco se enfocó en un chico de nombre Dominic Thiem que jugaba como junior y quien tenía el potencial como para ser la próxima gran estrella para su país, no sólo por el gran parecido de sus golpes a los de la leyenda austriaca, sino por los títulos que iba cosechando.  En ese año, después de ganar cinco títulos y ser finalista de Roland Garros Junior, Thiem cerraba como número dos del mundo en el escalafón de jugadores menores de edad. Debido a este ranking, en octubre del mismo año, Thiem recibió un wild card para participar en el Abierto de Viena, torneo donde ganó su primer partido ATP al vencer nada más y nada menos que a Thomas Muster, aquella victoria marcaría el inicio de Thiem en el retorno del tenis austriaco a la élite mundial.

Despunta y despega

Ya para febrero de 2014, Thiem logró entrar al TOP 100 tras acumular resultados favorables en diferentes torneos. Un par de meses después disputaría sus primeros torneos Master 1000 en Indian Wells y Miami, llegando a tercera y segunda ronda respectivamente. En el Masters de Madrid daba la sorpresa al conseguir su primera victoria ante un TOP 10, venciendo a Stanislas Wawrinka en tres sets. Semanas más tarde, en agosto, disputó en su país natal el torneo de Kitzbühel, evento que lo vio brillar y conseguir su primera final ATP. Tiempo después, a pesar de estar cumpliendo sus servicio militar, logró colarse hasta 3ra ronda del US Open y cerró el año como número 39 del mundo.

Todo era cuestión de thiempo

La temporada siguiente Thiem comenzaba a desarrollarse poco a poco, nuevamente Miami fue el torneo donde comenzó a desplegar su mejor nivel de juego, llegando hasta cuartos de final. En el circuito de polvo de ladrillo europeo, demostró que al igual que Muster, la arcilla es su fuerte, en Niza conseguía su segunda final y su primer título en torneo ATP 250. Julio fue el mes que lo vio consagrarse y en esta ocasión fue la arcilla croata del torneo de Umag, donde consiguió su segundo título y una semana más tarde también consiguió consagrarse campeón en Gstaad. Estos tres títulos lo llevaron a entrar por primera vez en el TOP 20 del mundo.

22 de oro

Podría decirse que el 2016 es la consumación de la madurez deportiva para Thiem, ya que al igual que Muster, su carrera ha comenzado a despegar a los 22 años de edad y, por lo menos en números, ya supera a su connacional. Al día de hoy, Thiem cuenta con seis títulos dentro de su palmarés, mientras que Muster a la misma edad contaba con una corona menos.

Tal vez sea la casi igualdad técnica de los austriacos o su favoritismo por la arcilla la que nos lleva a hacer comparaciones entre ambos, pero si algo es seguro es que Thiem se está convirtiendo en una realidad y en él está el cambio generacional que tanto se venía buscando desde hace una década en el tenis austriaco.

Bendición doble

El tenis austriaco comienza a verse beneficiado con el legado de Dominic Thiem, pero este apenas comienza, pues la dinastía Thiem tiene otro as bajo la manga-- el hermano menor de Dominic, Moritz Thiem, quien a sus tempranos 16 años ya comienza a tener recorrido en el circuito juvenil y al igual que su hermano mayor cosecha éxitos como juvenil.

Las miradas del ámbito tenístico ahora también voltean a ver a Moritz con la interrogante:  ¿será posible que el sucesor de Muster llegue por partida doble?

Autor: 
Iván Alcalá Aguilar y Edgar G. Allegre